viernes, 24 de mayo de 2013

Uno NUNCA se recupera de su infancia




Uno nunca se recupera de su infancia... Nunca, jamás... Aunque te hagas mayor, aunque construyas otra vida... La infancia sigue ahí, clavada, como si de de un hierro taurino se tratase.

Yo fui una niña afortunada, no viví traumas, me educaron con mucha firmeza, pero con todo el amor del mundo.... y tuve al mejor compañero de batallas posible, Mi hermano.

Fui afortunada, porque crecí oyendo canciones bonitas,(como la que suena en esta película que comparto con vosotros, que tanto adoraba de niña ) Canciones que me decían que había que ilusionarse,que la vida merecía la pena, que amar era lo correcto.

Crecimos jugando al escondite en la calle, queriendo a los animales mucho, sabiendo que hay un Delorean que nos llevaría al futuro, y un templo maldito con piedras que Indi tenía que rescatar....

Crecimos volando por la calle en patines, inventando historias de fantasmas y elaborando misterios en el cole...Crecimos merendando bocadillos kilométricos de la abuela en la playa, toreando a las olas del mar... Yendo al campo los domingos, oyendo al abuelo hablar de la guerra, buscando constelaciones tumbados en el tejado...Oyendo a papá tocar Perfidia en la guitarra, poniendo " Clics" en el tocadiscos para que tropezaran rayando irremediablmente aquellos geniales discos de Bob Dylan...
Crecimos oyendo los cuentos que nos leía mamá por las noches, cuentos que te hacían inmunes a la vida, a las noticias de la tele, a las guerras....Porque esos cuentos eran mágicos, y te protegían de la ansiedad, del miedo... del hastío, del gris de los días.

Crecimos  haciendo teatros, manualidades, cuadros... saltando, brincando...haciendonos cosquillas.

Crecí pensando que las personas son buenas y que los perros van al cielo

Porque solo los niños son capaces de imagiar de verdad, de creer, de cultivar la inocencia... Creo que es importante protegerlos, para que crezca luz y dulzura en su interior...

Porque ya se encargará la vida de hacernos ver lo contrario... porque la ternura es fundamental para ser felices... porque solo con personas más tiernas y sensibles, tendremos un mundo mejor.

Gracias a todos los que cuidaron mi infancia, gracias por regalarme el mejor de los refugios.