He aquí la foto de mi nuevo escenario, El muro de los tuberculosos, o mejor, las vistas que desde él podemos disfrutar.
Cuentan los mayores que antaño había un hospital de tuberculosis en el ambulatorio donde yo estoy ahora. Los pobres enfermitos se salían a respirar aire puro cada mañana, y cada máñana, bien temparno,no importa cual fuera la estación del año, había bruma.
Esta mañana he observado yo la misma bruma, pensando en como debía ser para esas pobres gentes, que no tuvieron la suerte de nacer en la época de la rifampicina, regalar a esa bruma sus ultimos alientos.
Con todos mis respetos a ellos, a todos los que están malitos o lo han estado, empiezo.
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