martes, 31 de agosto de 2010

Carrington


Anoche vi una película, que me mostró una bella y real historia, que ahora quiero compartir con todos vosotros...

Esta es la historia de Dora Carrington, Carrington, como todos la llamaban desde la universidad.Allí, en Cambrigde, fue donde entró a formar parte del llamado grupo "Bloomsbury" un grupo de intelectuales que se mostró en contra de la I Guerra mundial, y de los valores victorianos y religiosos impuestos.

Carrington conoció a escritor Lytton Strachey, del que se enamoró locamente y , auque él sentió también un profundo amor fraternal y atracción intlectual por ella, nunca pudo sentir atracción, ya que era convencidamente homosexual. Dora deja a su novio y va a vivir al campo con Lytton, donde jamás comparten más cercanía fisica que algunos besos escasos, pero donde llegan a comartir una tremenda y conmovedora cercanía intelectual y sentimental. Carrington tiene numerosos amantes, incluso llega a casarse con uno de ellos, llevando a Lytton a su luna de miel.Pese a su matrimonio, Dora sigue amando a Lytton y dedicándole a él todo su tiempo y todos sus afectos, menos los físicos, ya que él los seguía repudiando...Ella busca consuelo en brazos de su marido, y luego, marchitandose la relación por la falta de amor que la caracterizó desde el primer día, sigue buscando en brazos de numerosos amantes,entre los que figuran intelectuales como Gerald Brenan, tan difusor de nuestra tierra, o el cineasta Bernard Penrose.

La pasión de Carrington la lleva a humillarse numerosas veces, como sucede siempre que hay pasiones tan devastadoras. Sin embargo, poder comaprtir el arte, los ideales y la vida con su amor, aunque no del todo suficiente, basta a nuestra protagonista para , ser feliz y crear maravillosas obras pictóricas que aún hoy conservamos. ( como el retrato de su amado, arriba)

Lytton también sigue teniendo amantes, masculinos, entre ellos, el famoso economista, Keyness. Un día cae preso de una enfermedad que lo conducirá hasta una muerte temprana. Carrington no puede soportar la muerte, y se suicida con una escopeta a la edad de 39 años.

Esta es pues la historia de una mujer intelectual, idealista, pintora... Y sobre todo, es la historia de un amor de los de verdad, de los que no hay muchos, pero efectivamente hay. De los que se bastan para dar sentido a una vida, de los que funcionan con pasión, obsesión... De los que, mientras se añoran, se suelen decir de ellos, que no existen

viernes, 27 de agosto de 2010

El milagro de la vida

"Hay dos formas de ver la vida: una es creer que no existen milagros, la otra es creer que todo es un milagro"

Albert Einstein

De la nada aparecen de nuevo seres minusculos, cargados de vida, latiendo 130 veces por minuto, albergando tras ese morrito rosa y esa pelusilla envolvente, el milagro de la vida.

El milagro de que cada uno de nosotros estamos vivos, somos únicos e irrepetibles.

El milagro que hace que la pequeñita se callase al sentir mi corazón a sus espaldas... tan grande como toda ella, pero obedeciendo a los mismos impulsos, milagrosamente perfectos, que hacen latir al suyo.

Decía Walt Wittman haber aprendido algo: " Vivir con lo que me gusta, es suficiente" Ojalá pudieramos hacer nuestra, cada uno de nosotros, esta frase sencilla, sabia y profunda.Me viene a la mente al sostener a esta nueva "nietecita".

Grande, muy grande, la vida.


miércoles, 18 de agosto de 2010

You princes of Maine, you kings of New Engalnd

No olviden que a pesar de todo lo que les digan, las palabras y las ideas pueden cambiar el mundo

Sus palabras retumban en mi cabeza, voz y letras, oídas y leídas. Sus palabras son de las que, sin duda, podrían cambiar el mundo. Hace muchos años que descubrí su historia, y que la interioricé como mía, como ejemplo de virtuosidad, de valentía, y como una historia de una de esas personas que, como diría B. Brecht, son imprescindibles.

El Dr. Willburg Larch se convirtió en papá de cien niños abandonados...e hizo aquello que nadie quería hacer, porque socialmente no estaba bien visto, abortos. Porque hay cosas de las que todos querríamos deshacernos, pero sólo algunas personas, valientes, comprometidas y coherentes, son capaces de afrontar. Así, mientras otros juzgan y poseen la moral, otros hacen simplemente, cosas útiles y sensatas.

El Dr Larch no existió, es sólo uno de mis personajes literarios preferidos ( también cinematográficos, gracias a una maravillosa adaptación al cine)sin embargo, podría decir que he conocido a personas como él. Que entregan su vida a las causas. Que luchan por algo más que el mero reconocimiento social.

Familiares y amigos, queridos y escasos lectores, les animo a embarcarse en la historia del dr. Larch. Por que es una historia simplemente maravillosa, porque está escrita con el corazón, porque sólo en ella se puede entender que la moral y las normas, son tan relativas que hay que medirlas con cautela, y siempre, por favor, con corazón.





"Soñamos con un nuevo día, cuando el nuevo día no llega. Soñamos con una batalla, cuando ya estamos luchando."

sábado, 14 de agosto de 2010

Regreso de Breizht

Vuelvo de La Bretagne totalmente enamorada de esa tierra...de la vida que late en sus mares y en sus bosques... d sus menhires, guardianes imperecederos... de su olor a vida, que rezuma.

Al llegar a casa, encuentro este poema de este autor irlandés, que poco tiene que ver con Bretaña, pero que me salva de mi regreso....

"Si tuviera bordados los tapices del cielo,
tramados con luz dorada y plateada
el azul y lo tenue, y los azles tapices.
De noche, luz y penumbra,
extendería los tapices bajo tus pies:
Pero yo, que soy pobre, solo tengo mis sueños,
He extendido mis sueños bajo tus pies
camina con cuidado,
porque caminas sobre mis sueños"

William B. Yeats

lunes, 2 de agosto de 2010

Les mots sous la pluie de Paris

En París llueve, y llueve, y hace un frío que en mi Sur no sentimos desde hace unos meses.

Pero este gris no hace otra cosa que embellecerlo todo,y mezclar estos colores actuales con los de los grandes edificios de la vieja Europa... Y este agua, que alimenta al río, en torno al cual, una vez más, ha crecido una ciudad maravillosa y llena de vida.

Siempre que viajo me gusta ir a los supermercados y si puedo, asomarme al hospital. No es sólo por mi amor por la comida y la medicina, sino porque creo que en estos sitios se concentra la vida verdadera,las costumbres de los habitantes, sus dolencias, su alimento, su día a día, el champú con el que se lavan, las heridas que les curan...los pequeños matices que nos hacen diferentes... y las grandes cosas que nos hacen tan iguales.

Brindo con el magnifico vino rojo que da esta tierra por nuestras pequeñas diferencias, por nuestras grandes similitudes...por la lluvia, que en todos lados deja el mismo olor tierrita mojada.

PD. Esta canción, que oigo mientras escribo esto, no habla de París, pero a mi me recuerda a mi francés favorito... :)