Parece increible que a las seis de la tarde, amarrada a las barandillas de un hospital, cuya puerta estaba repleta de gente, haya podido suceder el robo de mi querida bici, Pulguita.
Parece mentira que la gente me haya relatado con pelos y señales como eran tres, como uno cortó una cadena y otro sacó el sillín...etc....
Así que ya no está...
Mi querida Pulguita, corcel plegable que me ha acompañado desde que comencé la residencia, sobre el que he ido a tantos sitios... Dice el nombre de un bello libro que las bicicletas son para el verano... Tal vez tenga algo de razón, son para el verano del año, y el verano de la vida... No sé porqué extraño motivo, hay un vinculo sentimental que me ha unido siempre a mis bicicletas. Supongo que es esa energía compartida en el pedaleo, esa libertad de movimiento, ese viento en la cara que te recuerda que estás viva y que formas parte del movimiento del mundo.
Ahora alguien tendrá a mi pulguita. Seguro que la han roto, porque no se llevaron el sillín....
en momentos como este me pregunto porque gasto TANTO tiempo y TANTA energía en ayudar a personas que son capaces de robar así y de no hacer nada mientras ven que otros roban... Creo que lo segundo me duele más que lo primero, creo que es una buena explicación de porqué va el mundo tan mal.... No sé quien dijo que para que triunfe el mal solo hace falta que el bien no haga nada.... Qué gran verdad
No tengo fotos de mi Pulgui, pero era gris y su sillita negra y roja... pesaba muy poquito y cabía por todos lados.... Y ya no está.
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2 comentarios:
Siento esta pérdida Abutita, pero esto es el Yin y el Yang, tú te esfuerzas por los demás y los demás se esfuerzan por lo tuyo (mucho IOPUTA suelto), la próxima tendrás que encadenarla al lado de los seguratas.
¡qué capullos! ¿tres tíos para robar una bici? poco botín desde luego. Lo mismo la dejaron luego por ahí tirada.
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