Queridos y escasos lectores:
Quiero compartir con todos vosotros tres historias reales...La primera me llevó a la segunda...y la segunda a la tercera...Las tres me han roto el corazón.
Las tres historias son similares,mas han sucedido en países diferentes. las tres están protagonizadas por esos seres nobles, fieles, maravillosos y apasionantes: Los perros.
La primera historia, que conocí por una película, es la historia de un perro Akita Inu, Hashiko.
Hachiko nació en Noviembre de 1923 , al norte de Japón. Lo enviaron, con sólo dos meses, en una cajita de madera, en tren, a Tokio. Iba a ser para una dueña, pero al final, terminó en manos del profesor de universidad, el Dr. Eisaburo Ueno. El profesor lo recogió en su regazo, cuando el perito estaba casi muerto por el viaje, y notó que las piernas delanteras estaban levemente desviadas, por lo que decidió llamarlo Hachi (ocho en japonés) por la similitud con el Kanji (letra japonesa) que sirve para representar al número ocho (八).
Entre ellos nació una gran amistad. El perro acompañaba a su dueño, cada día, hasta la estación la estación Shibuya, donde el profesor cogía un tren para ir a la Universidad. Allí se despedía de él, y volvía luego, a la hora del tren, para recogerlo. Se sentaba en una plaza y lo esperaba...Cada día, durante dos años. Un día el profesor sufrió un infarto mientras daba clases, y jamás volvió...
El joven Hachiko espero a su dueño...Un día, y otro y otro... La mujer del profesor vendió la casa, e intentó que alguien se quedara con el perro, pero Hachiko siempre volvía al hogar. Se escapó de todos los hogares en los que intentaron adoptarlo, para volver siempre a la estación, a la hora en la que venía el tren de su sueño...La gente de la estación de trenes le daba de comer, y así pasaron DIEZ años... Un día, hachiko murió....Y todo Japón se vio conmovido...Tanto que hicieron una estatua de bronce en su honor, allí donde él esperó, día a día, diez años, a que su dueño volviera. Con toda la paciencia, con todo el amor, con toda esa fidelidad de la que SÓLO son capaces los perros.
No he podido ver la película entera, por que los perros me producen una ternura insoportable, y creo que si la viera, lloraría un día entero...Pero por lo que he leído, la historía es bastante fiel ala historia original, sólo que se desarrolla en EEUU, en vez de en Japón. Hay una película japonesa sobre Hachiko, y un librito para niños" Hachiko espera".
Indagando sobre esta bella historia, he descubierto que aquí, en España, en Cádiz, hay una historia similar, la historia de Canelo. Un perrito que acompañaba a su dueño, que era un vagabundo, que sólo lo tenía a él, al hospital Puerta del Mar, cada día, a diáfisis. Un día, el hombre no salió con vida y Canelo lo esperó DOCE años por allí. La gente del hospital, los transeúntes, incluso veterinarios, lo cuidaron, le dieron de comer y cuidados...Asosiaciones en defensa de los animales se hicieron cargo de sus vacunas, para que no tuviera problemas con "la justicia" ya que alguna ocasión fue llevado a la perrera para sacrificarlo.Pero Canelo, al igual que Hachiko, jamás se movió de allí...Un día cruzó la calle, y un coche lo atropelló, dándose a la fuga, acabando con su vida y con su espera
No creo que hagan nunca una película de Canelo, ni siquiera es tan famoso como Hachiko...Pero al menos le hicieron una plaquita, y alguien le ha hecho un vídeo en youtube, que quiero compartir con vosotros
Por último, quiero contar, brevemente, la historia de este tercer perrito...Algo diferente a las anteriores, pero con el mismo matiz de lealtad absoluta. Es la historia de Bobby, un terrier de Greyfriars. Su amo también murió víctima de la tuberculosis en pleno siglo XIX, pero Bobby pareció comprenderlo y formó parte del cortejo fúnebre.
Tras rezar y enterrar al desafortunado, todos se fueron...todos menos Bobby, que permaneció tumbado en la fría lápida, bajo la lluvia y la nieve... CATORCE AÑOS... La gente del lugar le llevo comida, agua...Pero Bobby no se movió de allí...hasta que, tumbado sobre la lápida, murió.
También tiene una estatua, al lado de la tumba de su amo.
No quiero seguir indagando, y no quiero hacer una entrada demasiado larga...Pero estoy muy segura de que hay más historias como esta, historias de perritos que son fieles a sus dueños, hasta después de la muerte de estos...
Después de esto, veo las perreras, llenas de perros abandonados...y me pregunto,
¿ Cómo alguien es capaz de abandonar un perro? ¿ Cómo podemos ser tan malvados, tan crueles, tan insensibles?
Para mi, alguien que abandona a su perro, es, sin perdón, un tremendo hijo de puta, y no me merece ningún respeto.
Entiendo que no a todo el mundo han de gustarle los perros, entiendo que tenerlos en casa no es plato de buen gusto para todos...No quiero que la gente ame a los perros, sólo quiero que los respeten...Por que ellos nos son fieles hasta los extremos, merecen, qué menos, respeto.
Yo si amo a los perros, mucho, muchisimo...Sus ojos me transmiten paz, nobleza, esperanza...
Y aunque tuve que copiar cien veces de pequeña, por blasfemar, repito ahora y repetiré mil veces, que si por casualidad existiera el cielo, sin duda está lleno de perros.
5 comentarios:
creo que el cielo no es suficiente para estos maravillosos seres, que elevan la lealtad mucho mas que pudiera cualquier valor, mucho mas que pudiera cualquier ser humano.
Mi vida siempre ha estado rodeada de perros, y me siento bendecido por ellos. Y a ellos les debo los mejores momentos (a pesar de mi alergia. Mi perrita estuvo conmigo desde los inicios de la carrera, antes incluso, soportando mis quejidos, mis paseos al monte de cabreo y siempre mirandome me sigue diciendo:"todo va bien no pasa nada", la pobre es mas vieja ya, pero todo lo que me ha dado jamas podre devolverselo. Boby, es otro cantar, es un genio, un travieso, es energia, y es un "vamos vamos vamos vamos vamos" incombustible. Mi vida sin mis perros sin duda no hubiera sido la misma sin ellos, y esa gratitud, sé que nunca podré devolversela, ni que entiendan todo lo que significan para mi. Me uno en este sentido homenaje a los perros, y mi condena total y rotunda a todos los que irreponsablemente, no saben amarlos.
:) Gracias por tus palabras, me alegra ver que hay gente que quiere a los perros... Yo también he tenido siempre perros, desde que con dos años, mi padre me regaló un collie precioso, al que llamé Atreyu.
Atreyu me enseñó a correr cogida a sus barbas, me enseñó el significado de la palabra paciencia..Y me enseñó lo que es la muerte.
Wilow, un chuchillo que subía por los tejados,quitó a mi hermano el miedo a los perros...a mi me dio ratos de juego infinitos, y jamás le vimos gruñir..
Luego vino Trufo, que tenia antepasados pastores, y un antepasado lobuno...Eso lo hizo ser el perro más listo que he tenido...pero también el que tenía más caracter...Trufo era indomable, y nos algunos malos ratos...Pero entre sus rizos pasé mi adolescencia, sabiendo, como dices, que todo estaba bien cuando lo miraba...Sabiendo que, en mi transición hacia la edad adulta, algunas cosas no iban a cambiar...Como todas las noches en el tejado, dibujando constelaciones, como los paseos infinitos, sabiendome segura a su lado...
Y por ultimo, Otto el piloto, el perro más dulce que he tenido en mi vida, el más noble...Otto no hace nada que no tenga sentido, todos sus actos merecen la pena...Todos sus gestos tienen significado, y todos están cargados de bondad. Siempre diré que es un monje budista reencarnado en un perrito arrugado.
Sí, creo que bendecido es una magnifica palabra para describirnos a aquellos que hemos sabido apreciarlos, sentirlos y amarlos.
Gracias de nuevo por tu sensibilidad.
PD. YA sabes que me enamoré de tu perrita el día que la vi en un video... tiene una ternura infinita en la cara...
PD2. Definitivamente, no puedo hablar de perros...me desbordan!
Yo nunca he tenido perro, sólo un gato, Teo, al que adoro... pero las tres historias me han conmovido por igual. La única que conocía era la de Canelo, no recuerdo si alguien me la contó o la leí en algún sitio hace tiempo. La lealtad elevada a la enésima potencia, sin duda.
Todos los animales son maravillosos: perros, gatos, caballos, gallinas, alpacas... (jeje, recuerdo que hace unos años estuve intentando convencer al novio de mi madre, cuando compró las gallinas-vive a las afueras de un pueblo, casi en pleno campo- de que se hiciera también de una alpaca, por lo visto son muy cariñosas además de tener esa pinta tan divertida). Y mi gato aún me sigue sorprendiendo, aunque ya llevo 11 años con él. Siempre que me ha visto pachucha, o llorosa, se ha venido conmigo a hacerme compañía, como si entendiera... También recuerdo que se pasaba las horas muertas al lado de mi tía, que tenía cáncer, cuando vivía con nosotros.
Uff, perdona el tocho... yo también me emociono cuando hablo de animalitos :)
Muchos besos!!
Estoy de acuerdo con Virginia, todos los animales , las plantas son inocentes y estar entre estos seres me hace tan inocente como ellos...soy una mujer solitaria que amo estar con las criaturas vivas que no son humanos; En estos tiempos de egoismo y locura donde tener es mas importante que ser y el Dios multinacional amenaza con destruir lo natural es tan reconfortante estar rodeada de ellos!!!!!!
Gracias por la ternura.
Odio que me hagan llorar, pero vos lo has hecho con estilo! Parezco Magdalena y doy gracia a Dios de que mi esposo salió temprano para el trabajo y que mi hijo no se ha despertado para dar rienda suelta a las lágrimas.. ¡Me encantan tus historias! Muestran sin duda alguna, el verdadero sentimiento del resto de las criaturas con quienes compartimos el planeta. Definitivamente como tantas veces lo he dicho: ¡TENEMOS TANTO QUE APRENDER DE LOS ANIMALES!!....
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